Lectura: Salmos 51:1-19
"Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí."
David es confrontado con su pecado cometido en (2 S.11 y 12) y el salmo refleja dolor que es causada por el pecado, nuestra actitud frente al mismo y el resultado de una confesión verdadera. Consideremos algunos aspectos prácticos para hoy. En primer lugar la actitud del salmista " mis rebeliones, mi maldad y mi pecado", una verdadera confesión es reconocer el propio pecado, no poniendo excusas o culpando a otros. Es decir lo mismo que dice Dios en cuanto al pecado, reconociendo que ofende el carácter Santo y puro de Dios, David al único que puede perdonar nuestros pecados al Señor, el cual apeló a su misericordia, sus piedades, su palabra, sus juicios, su verdad, 1 Juan 1:9 dice: si confesamos nuestros pecados el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiamos de toda maldad, el anhelo del salmista era recuperar el gozo, la alegría que había perdido a causa del pecado, y una vez restaurado era enseñar a los transgresores el camino del Señor. El resultado de de confesar sinceramente delante de Dios es perdón, gozo, alabanza, y pasión por alcanzar a los perdidos.
Reflexión:
¿Te sientes abatido, triste, derrotado, por causa del pecado?. Hoy es día para poner cuentas a Dios, para confesarle, pedirle al Señor que limpie y restaura para servirle nuevamente con alegría. Hoy es el día!
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