Lectura: Eclesiastes 2:1-11
"Miré lo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho de debajo del sol."
El pasaje continúa acerca de la fama de Salomón, todo sus deleites en el vino y bienes materiales que él poseía, sus fiestas eran las más populares, llenas de riqueza no se limitaba de darse todo los lujos, en (1Re. 10:21), todo sus vasos era de oro hasta las vajillas que tenía en su casa de bosque, y su comida era en abundacia, por día comía treinta coros de flor de harina(6600 litros), y sesenta coros de harina, (13.200 litros), 10 bueyes gordos, 20 bueyes de pasto, 100 ovejas, sin los ciervos, gacelas,corzos y aves gordas, al finalizar la fiesta su corazón seguía vacío y experimento en carne propia lo que antes había escrito en proverbios 14:13 "aún en la risa tendrá dolor el corazón; y el término de la alegría es congoja", lo que su carne quería sentir, sus ojos querían ver y su dinero pudo comprar lo obtuvo y sólo dejo insatisfacción, aflicción de espíritu y nada provechoso. Es lamentable ver a un hijo de Dios empeñando el gozo que el Espíritu Santo produce como fruto, por placeres que no dejan nada más que sensaciones temporarias, en el pasaje de 1 Juan 2:15-17 vemos todo lo que ofrece placeres pasajeros y a aquel que se somete a la voluntad de Dios le esperan recompensas en la gloria.
Reflexión:
¿De donde toma placer tu corazón? ¿En que estoy buscando satisfacción?, lo único que satisface es la presencia de Dios y una relación íntima con Él.
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